Cervicalgia se define como dolor localizado en la parte posterior y lateral del cuello, habitualmente originado por la existencia de una afección o irritación articular, ósea, muscular, discal, neurológica o la combinación de éstas entre sí. Así pues, cervicalgia es un término inespecífico, es decir, no nos da información acerca de qué está causando el proceso doloroso en el cuello. Por lo tanto, no sabremos cual será la mejor manera de adaptar la práctica de yoga hasta que no dispongamos de un diagnóstico específico.
El dolor cervical puede estar provocado por alguno de los siguientes factores:
· Alteraciones posturales, normalmente muy relacionadas con el tipo de trabajo que se realiza.
· La exposición prolongada a situaciones de estrés, tanto físico como mental o emocional, provoca el aumento del tono muscular pudiendo éste fácilmente llegar a desencadenar dolor.
El cuerpo humano es un complejo biomecánico, además de bioquímico y bioeléctrico, que precisa de unas pautas para su adecuado funcionamiento. Así pues, nuestro aparato locomotor se comporta como una biomáquina cuyos engranajes
(articulaciones) y motores (músculos) se ven forzados cuando han de funcionar en situaciones de desalineación corporal. Y la principal desalineación que afecta nuestras cervicales está relacionada con la postura que podemos ver en hipercifosis (acentuación de la curvatura torácica de la columna) asociada a la proyección
anterior tanto de la cabeza como de los hombros. ¿Nos es familiar esta postura? La podemos ver muy frecuentemente allá dónde estemos: en la escuela, en el trabajo, en casa, etc.
Cuando mantenemos la cabeza desplazada anteriormente respecto a su punto de equilibrio sobre la columna, los músculos posteriores (trapecio superior, elevador de la escápula y los paravertebrales de la nuca, principalmente se encargan de sujetar los 4 Kg. aproximados que pesa la cabeza. Si se mantienen estas posturas durante períodos de tiempo prolongados o se utilizan frecuentemente, se sobrecargan fomentando la consolidación de contracturas y generando dolor en la parte posterior o lateral del cuello.
Estos músculos son especialmente importantes, no sólo por la implicación que tienen en la movilidad cervical y en la sujeción/estabilización del posicionamiento de la cabeza sino también porque son los responsables de sostener el peso de las extremidades superiores. Los brazos se suspenden de las cervicales y vértebras torácicas altas a través de la tensión que ofrecen el trapecio superior, el elevador de la escápula y el romboides, como si se tratara de las pinzas que sujetan la ropa tendida. Cuando los hombros permanecen anteriorizados estos aumentan el tono espontáneamente, sin ser nosotros conscientes de ello, luchando en contra de la desalineación para garantizar la adecuada congruencia de la articulación entre el húmero y la escápula.
El excesivo trabajo de la musculatura cervical relacionado con la estabilización y movimientos de la cabeza y brazos provoca el incremento de su tono (grado de contracción muscular). Este incremento, fácilmente se afianza dando paso a las contracturas, normalmente principales responsables de la aparición del dolor en toda la región.
Muchas personas padecen sobrecargas/contracturas musculares en la región cervical y pueden beneficiarse mucho de una práctica física enfocada al estiramiento de sus músculos. El yoga supone una herramienta muy eficaz para reducir/eliminar (siempre y cuando la persona sea consciente también de su higiene corporal diaria) la sintomatología y mejorar el alineamiento corporal.
A partir de cierta edad, las contracturas musculares suelen coexistir con otras afecciones cervicales como la artrosis o las discopatías. En esta sesión nos centramos en el tipo de ejercicios que mejoran el tono y la elasticidad muscular, muchas veces necesario para descomprimir las articulaciones y discos vertebrales, liberándolos de estrés mecánico y mejorando su funcionalidad.